“Si este tipo de polémicas se dan con un sistema manual, con el voto electrónico, no tendríamos herramientas para auditar lo actuado. La democracia está en peligro”, afirma Leandro Monk, presidente de FACTTIC y socio fundador de la Cooperativa GCoop, tras las PASO del domingo, instancia a partir de la cual el voto electrónico vuelve a ser protagonista de los debates electorales. 

Recordamos que a lo largo de 2016 se comenzó a barajar la posibilidad de implementar esta moalidad y el tema inició su recorrido para ser tratado en las cámaras legislativa. Desde diferentes sectores hubo manifestaciones por las contradicciones que implicaba la aplicación de este sistema.

Monk, dio su parecer a lo largo de diferentes charlas con medios y mesas de debate y, en representación de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo y la Federación de Cooperatvas de Trabajo de Tecnología, Innovación y Conocimiento, sentó posición en la Cámara de Diputados de la Nación, invitado por la Comisión de Asuntos Constitucionales. 

También, brindó una charla para los compañeros y compañeras de la CNCT en la que sostuvo que la implementación del voto electrónico no garantizaba el secreto, la auditabilidad de los datos y su integridad.

Asimismo, hizo referencia a la presentación incompleta de datos que ofrece la boleta electrónica y la despersonalización del proceso electoral al mediar una máquina.

Por otra parte, explicó las posibilidades de incompatibilidad que pueden existir entre la información que puede arrojar el chip y la boleta impresa en un mismo voto, las formas en que se puede alterar ese contenido (a lo largo de toda la cadena, ya sea desde la adquisición de una máquina, hasta la posibilidad de leer el contenido de un voto a través de una aplicación de celular que funciona leyendo datos de manera similar a la tarjeta SUBE).

Otras cuestiones que señaló fueron la imposibilidad de fiscalización y el error en pensar que se ganaría mayor rapidez en un país con las condiciones de conectividad que tiene la Argentina.

A continuación, compartimos la exposición que realizó Leandro, en aquel entonces, en el Congreso de la Nación:

“Esta tema nos preocupa de sobremanera, justamente, porque somos cooperativas. La democracia es la garante de que nosotros existamos. 
Para nosotros, lo más importante es que la soberanía popular se exprese en el voto. Entonces, lo primero que se nos ocurre preguntar es ¿qué problema tenemos que resolver?. Porque pareciera ser que no está del todo claro qué problema se quiere resolver. ¿Problemas en la fiscalización por el tema del robo de boletas?. Cuando vos elegís algo siempre elegís un problema nuevo. 

Si, por ejemplo, elegimos la boleta única de papel, el problema que es no entran la cantidad de candidatos en una categoría grande, como puede ser diputados de provincia de Buenos Aires. Es un derecho conocer a quien uno está votando. Y la boleta de papel da a conocer solo los primeros candidatos de una lista. 

Lo interesante de la boleta que hoy tenemos es que, estando aún en el cuarto oscuro, puedo leer el nombre de todos los candidatos y decidir que si, en el noveno lugar hay un nombre que no me gusta, a esa lista no la voy a votar. En cambio, la boleta única de papel no tiene esa información. Tiene ese problema. Y si la elegimos, como la hicieron Santa Fe y Córdoba, tenemos que saber que estamos eligiendo ese problema. 

Entonces, es más difícil robarse las boletas, porque implica robarte todo y no hay elección, pero le estamos quitando información al votante en el momento de la votación. Y eso muchas veces no se dice. Se identifica sólo la cabeza del partido. 

Si hay problemas con la fiscalización, probablemente la cuestión esté antes del momento eleccionario; probablemente los partidos políticos, las alianzas políticas, no tengan la fuerza necesaria para poder fiscalizar a nivel nacional. Sabemos que es un esfuerzo gigante pero por ahí, lo que tenemos que hacer, es pensar políticas, desde el Poder Legislativo, que empoderen a los partidos políticos para que finalmente lo puedan hacer. Pero no cambiar el sistema de votación. Deberíamos plantear el problema que tenemos y no un parche.

El otro problema que se señala, que sabemos que es menor, es la rapidez. Yo me permito dudar de que en las condiciones de infraestructura que tiene hoy el país eso sea una realidad. Por ejemplo, se hizo la elección con boleta única electrónica en la ciudad de Buenos Aires, el distrito con mejor conectividad, con mayor cantidad de recursos per capita en cualquiera de los ítems, y no lograron una mayor rapidez en el recuento, sino que tuvimos tiempos similares al recuento manual. De hecho, lo que se plantea en el proyecto de ley es que también hay que realizar el recuento manual. Entonces, ¿para qué vamos a tener máquinas de voto electrónico? Suena incongruente, vamos a tardar más porque va a haber que contar manualmente y después contar con la maquina, por ende, el recuento va a ser mas lento.

Hoy se calcula que el 70% de la Argentina está conectada, ¿y el otro 30%?; ¿no vota?. Y eso es un problema serio que tenemos. El Correo Argentino si llega a gran parte de la Argentina, pero no la colectividad. Entonces la transmisión electrónica de datos no parece una realidad tan posible, al menos en el corto plazo. Ojalá mejoremos la conectividad, porque así los chicos pueden acceder al conocimiento en sus lugares y no tienen que desarraigarse.

Otra cosa que se dice es que lo novedoso es el voto electrónico, pero hace 40 años que se vota eléctrónicamente, no es una novedad. Algunos países van para adelante, otros para atrás, pero no pareciera ser que implementar el voto electrónico es estar en lo ultimo de la tecnología de nada. Obviamente, eso no es un valor en si mismo. Hay lugares en los que se vota de la misma manera desde hace cientos de años y no se modifica porque funciona; entonces, si funciona, ¿para qué tocarlo?

¿Quién es el usuario del sistema electoral? ¿Los electores o los partidos políticos?
Porque la única ventaja que trato de poner sobre la mesa de la boleta única en papel o electrónica es que simplifica la logística de los partidos políticos. Esperemos que se legisle para la gente y no para los partidos políticos. Para los partidos tengamos otra legislación, por ejemplo, que el Estado garantice la logística de boletas.

Y en cuanto a los costos, si en la cooperativa donde trabajo propongo gastar uno o dos órdenes de magnitud para hacer lo mismo, con mayor cantidad de riesgo, me echan a patadas. Cuidemos el erario público

Si no conseguimos ventajas sustanciales en ninguno de los items, ponemos en riesgo el secreto del voto en las dos modalidades, con chip y sin chip, porque como bien se dijo, una impresora es una computadora que con que solo me diga a quién y en qué orden, ya es suficiente para saber a quién votó cada uno. Sólo con la fecha y el valor de la votación. Es muy poquita información esa que se puede almacenar en cualquier dispositivo electrónico. 

Entonces, ponemos en riesgo el secreto del voto, no podemos garantizar resolver los problemas que tenemos, así creamos nuevos problemas y eso hace que gastemos más.
Pareciera todo una gran incongruencia y desde el movimiento cooperativo tratamos, por lo menos, de alertar para que no se perpetre”.

 

 

Categorías: tecnologia

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