Las asociadas de las cooperativas de Facttic participaron de las acciones del 8M y en esta nota te contamos cómo resonó el tema al interior de las empresas de la Federación.
El mundo de las empresas de tecnología está fuertemente habitado por varones y las cooperativas de trabajo del sector no son la excepción. Pero el crecimiento de la participación de mujeres y disidencias es un hecho y desde hace más de un año existe un espacio de géneros dentro de Facttic que discute y visibiliza el rol de la mujer en las empresas de tecnología.
María Cecilia Uberti es parte de Bitson, y cree que “es muy importante remarcar el cambio que hubo entre el 2018 y 2019. Por lo menos en Bitson, creo que el espacio ya estaba dado, y que nuestros compañeres entendían nuestros motivos para parar y salir a la calle. El espacio de géneros nos da la oportunidad como mujeres de sentirnos acompañadas dentro de la Federación y eso nos empodera para poder llevarlo a otras cooperativas. Me parece importante resaltar como la organización de las grupas nos sirve”, asegura.
Varias de las asociadas de las cooperativas participaron el 8 de marzo pasado de las actividades del Centro Cultural de la Cooperación, que incluyó la participación en una radio abierta que debatió las problemáticas del sector, el cooperativismo y donde también hablaron de la tecnología libre.
Consultadas sobre las repercusiones al interior de gcoop, Magalí Fernández Valdez, resalta el hecho de que “este es el tercer año que la Cooperativa se adhiere al paro internacional y plurinacional de mujeres, lesbianas, travas, trans y no binaries y es un día en el que es necesario redistribuir las funciones que sostenemos cotidianamente con los compañeros, para poder adherirnos al paro”. Magalí reconoce que “estamos en un lugar de privilegio respecto de otras trabajadoras: somos socias de nuestra propia empresa cooperativa, contamos con la posibilidad de ejercer nuestro derecho al paro en un contexto de crisis laboral e inestabilidad económica donde las lógicas neoliberales nos exponen como sociedad a relegar el ejercicio de nuestros derechos”.
Agrega que los efectos de estar organizadas, de contar con el espacio de géneros y del impacto del momento histórico que atraviesa la sociedad, “exceden las acciones que sostenemos el 8 de marzo (…) que nos encontremos organizadas al interior de la cooperativa y en la Federación (FACTTIC) nos brinda la posibilidad de cuestionar otras estructuras para no reproducirlas al interior de nuestras cooperativas: quiénes se transforman en cara visible de la cooperativa, cómo se encuentra conformado nuestro Consejo de Administración, cómo se distribuye la palabra en nuestras asambleas, qué posibilidades generamos para que todxs tomemos la palabra en la situación con mayor equidad posible y sobre todo, poder incorporar algunas propuestas del feminismo popular para pensar que existen otros factores a tener en cuenta para pensarnos, como la heterosexualidad obligatoria, el racismo, diferencias de clase, etc“.
El feminismo lucha contra las relaciones desiguales de poder y es en ese sentido que se puede pensar en estrecha relación con el cooperativismo. La apuesta es por la horizontalidad del modelo solidario dónde todos y todas somos nuestros propios jefes y donde se apunta a una distribución igualitaria y colectiva del trabajo, la toma de decisiones, las ganancias y la resolución de problemas.